Los sastres indican que las telas de casimir, forros para ternos, cierres y otros insumos están más caros. Mañaneras y microempresarios dicen que las plantas de calzados y otros materiales no llegan o se encarecieron.
Personas intentan pasar por el cruce fronterizo de Desaguadero, que permanece cortado. AFP
La crisis política en Perú y los bloqueos de caminos en la frontera con Bolivia ahogan el comercio y han provocado un alza de precios de hasta en un 70% de telas, casimires, camisetas, ropa interior, botones y otros insumos que emplean sastres, confeccionistas y microempresarios, según productores.
Y es que para Bolivia el país vecino es uno de los principales proveedores de diferentes productos que no se fabrican internamente y que sirven para la elaboración de ternos, camisas y otras confecciones.
Leonardo Chambi, presidente de la Confederación de Sastres de Bolivia, no duda en señalar que Perú es como una segunda China para Bolivia, porque de ese país llegan insumos y materia prima de calidad, pero los bloqueos generan un alza de precios y un perjuicio económico.
Explicó que llegan telas, algodón para elaborar poleras, forros que se colocan a los ternos, entretelas fusionables, cierres, broches y botones que ahora se han encarecido entre un 20%, 50% e incluso 70%.
Por ejemplo, el metro de una tela de casimir antes de los conflictos en el sur peruano costaba 110 bolivianos, pero ahora subió a 150 bolivianos, el precio de una tela de forro aumentó de 18 a 25 y 30 bolivianos y la entretela fusionable de 20 a 30 bolivianos.
La caja de botones se encareció de 80 a 100 y 140 bolivianos. Los cierres -que se venden por unidad- se elevaron de precio de un boliviano a 1,50, añadió.
“El problema es que en Bolivia no se fabrican, no se producen esas materias primas”, lamentó.
Chambi sostuvo que el alza de estos insumos encarece los productos finales, trajes y camisas que se venden a colegios y oficinas, pero el precio al consumidor final no se puede ajustar.
Es por eso que en los talleres se debe sacrificar mano de obra. Agregó que la industria de algodón en Perú es una de las mejores y por eso de ese país llegan ropa interior y camisetas interiores, que también se han encarecido por los bloqueos.
Página Siete recorrió algunas tiendas y galpones que están sobre la avenida Buenos Aires y donde se venden precisamente estos productos. En estos lugares, los vendedores indicaron que por los bloqueos no está llegando esa línea blanca de ropa y que solo están vendiendo el stock que se logró internar para las fiestas de fin de año en 2022. Algunas de las llamadas “mañaneras” en la calle Tumusla, indicaron que han tenido problemas para comprar cierres y telas con los que se elaboran chamarras y otras prendas.
Emilio Gutiérrez, microempresario, contó que telas, hilos e insumos para la elaboración de calzados no están llegando al país. “En Bolivia no tenemos fábricas, tenemos cueros, pero las plantas y otros accesorios para calzados se deben importar de allá, como calzados elaborados”, indicó.
Por ejemplo, las plantas para elaborar botas del Ejército se traen de Perú, al igual que la mezclilla destinada a la elaboración de pantalones y jeans.
El presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Pablo Camacho, sostuvo que hay varios insumos, repuestos y accesorios que emplean las industrias y que no llegan por el conflicto en Perú.
“El conflicto en Perú ha detenido el comercio formal y la llegada de insumos y repuestos. Pero también ha frenado el ingreso de productos de contrabando que generan competencia desleal a las industrias”, dijo.
Para exportar se están buscando puertos alternativos en Chile y para continuar y no frenar la producción otros proveedores de insumos, agregó.
Javier Gómez, investigador del Cedla, manifestó que el conflicto político en Perú tiene un impacto económico incluso mayor al provocado con el paro cívico y bloqueos en Santa Cruz.
Esto porque Bolivia depende del comercio exterior por el Desaguadero y el puerto de Matarani, además del comercio no formal o contrabando de ida y vuelta. “Traemos mucha mercadería agrícola, agropecuaria, bienes industriales, dependemos de plástico y algodón, químicos peruanos y todo eso ha sido afectado radicalmente con el conflicto”, indicó.
Por otro lado en occidente la gente vive del comercio de productos de contrabando y la economía ilegal con el traspaso de oro de Perú que entra y sale y supone el ingreso de divisas al mercado informal. Pero ese comercio también ha sido afectado con el bloqueo.
“Pero también se sospecha que la economía de coca-cocaína ha sido afectada, ya que Bolivia es un país de tránsito”, añadió.
Según Gómez, en el campo agrícola, Perú abastece a los mercados con papa, uva, durazno, cebollas, palta, tomate, limón y camote todo el año, en comparación a la producción local que es estacional. “Lo positivo es que la producción nacional tiene un incentivo para ser competitiva en precios”, anotó. “El algodón más caro está afectando a las pequeñas industrias. Todo el comercio está semiparalizado y los productos se han encarecido porque los costos de transporte suben al ingresar por Chile”.
Se importa diésel, hierro, plásticos, leche evaporada y otros
El año pasado, Bolivia realizó la importación desde Perú 1.696 productos por un valor de 1.057,3 millones de dólares, según datos oficiales procesados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
Las cifras representaron un incremento importante sobre los 1.539 productos internados en 2021 por un valor de 809,2 millones de dólares. El año pasado se importó diésel por valor de 361,8 millones de dólares, gasolina por 94,4 millones de dólares y barras de hierro por 90,3 millones de dólares.
Figuran -además- preparaciones tensoactivas por 28,9 millones de dólares, placas, láminas, hojas y tiras de polímeros de etileno por 18 millones de dólares, gasolinas sin tetraetilo por 16,2 millones de dólares.
También se importan fibras sintéticas, galletas, condimentos y sazonadores, sulfato de cobre, preformas para soplar botellas de pet y refpet, artículos de uso doméstico e higiene, leche evaporada, perfumes y agua de tocador, tubos de acero, betún de petróleo, tapas y cápsulas de plástico.
Con los bloqueos en el sur de Perú el comercio hacia y desde Bolivia se frenó.