Hay quien no lo hace, pero lo de recoger las heces de perro de la vía pública o de zonas verdes es una costumbre bastante asentada.Y que ya se hace más por respeto, que por evitar la sanción. Con este espíritu, ya hay un buen número municipios que además contemplan en sus ordenanzas la limpieza de los orines. El reglamento del Ayuntamiento de A Coruña todavía no lo registra, pero el proyecto de Ley de protección, derechos y bienestar de los animales, que ha dado el salto al Senado tras su aprobación en el Congreso, podría motivar un avance en el ordenamiento municipal.
La vecina localidad de Cambre es una de las del territorio nacional que regula la limpieza de la orina de las mascotas con una botella de agua con vinagre. No obstante, cada vez son más los municipios que obligan a llevar a cabo esta práctica, sobre todo en los que hace más calor. Algunos ejemplos son Vigo, Teruel, Albacete, Alcalá de Henares, Alcobendas, Alicante, Almería, Badalona, Cádiz, Gijón o Guadalajara, entre muchas otras.
Mientras, la ordenanza de A Coruña, que fue aprobada en el año 1997, solo registra la recogida de las deposiciones. En concreto, el punto cuatro del artículo 16 dice lo siguiente: «Las deposiciones que se produzcan se recogerán por los propietarios o poseedores de los perros y se colocarán de manera higiénicamente aceptable en los contenedores de recogida de basura y en los lugares que la Autoridad Municipal destine expresamente a dicho efecto».
Durante la actual legislatura se trabajó en una nueva ordenanza, pero que está a la espera de la aprobación de la norma de bienestar animal del Gobierno. Un texto nuevo que dice lo siguiente en su artículo 26: «Evitar que los animales depositen sus excrementos y orines en lugares de paso habitual de otras personas, como fachadas, puertas o entradas a establecimientos, procediendo en todo caso a la retirada o limpieza de aquellos con productos biodegradables».
Qué opinan los propietarios de perros de A Coruña
Botellas de agua de plástico contra los orines de los perros. r. g.
Mónica Cubeiro, plataforma Somos Pet Friendly, explica que este tipo de prácticas ya están reguladas, sobre todo, en ciudades donde hace mucho calor en verano y, por tanto, la orina no solo genera suciedad, sino también olor. Sobre la inclusión de esta obligación, ya sea en la ley nacional o la ordenanza municipal, Cubeiro pide a las autoridades que especifiquen bien en «qué zonas se debe limpiar, pues no es necesario en la tierra, arena o zonas verdes». Así, más allá de la regulación, recomienda a los dueños que eduquen a sus mascotas para que solo hagan pis en las zonas mencionadas.
Más rotunda es Raquel, que baja a sus perros por la zona de la Cubela: «A mí parece estupendo, es lo que deberíamos hacer todos». María Isabel también está a favor de que se obligue a limpiar la orina si su perra, Cala, mease en un portal o en la calle, aunque confiesa que ella no lo está haciendo actualmente. Y Pablo, que pasea a sus perros por el parque de San Diego, señala que está a favor porque «es algo lógico y que ya se hace en otras zonas de España y países de Europa». «Yo no tendrían ningún problema en comenzar a hacerlo, es más, durante la pandemia lo hacía», añade.
Hasta que la nueva normativa no llegue, lo que hacen muchos negocios y comunidades de vecinos es poner botellas de agua en la puerta o en la zona en que no quieren que los perros orinen. Sin embargo, ¿esta técnica funciona? Según el adiestrador Octavio Villazala, tiene una explicación: un perro no va a orinar donde podría beber... y si se encuentra una botella con agua clara, le evocará esa posibilidad y buscará otro sitio.
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