Ola de calor, hidrata a tu perro, lo necesita

2023-03-23 15:33:18 By : Ms. Bessie HuangZJ

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La hidratación de los perros es tan importante como su ejercicio diario o su alimentación. Pixabay

Tenemos ya sobre nuestras cabezas la primera ola de calor. Nos ha sorprendido este calor canicular por ser todavía mayo y por pillarnos todavía con el cuerpo primaveral aunque el verano ya se atisbe.

Pero lo que no debía cogernos por sorpresa es que nuestro perro tenga sed durante nuestro paseo habitual y no tengamos agua para saciarla. Llevar una botella llena y un cuenco nos debería resultarnos tan rutinario como llevar la correa o la bolsa para las heces.

La hidratación de nuestro amigo canino es tan importante como la alimentación o el propio paseo. Y más cuando las temperaturas suben por encima de la media para evitar el riesgo de deshidratación o un golpe de calor.

Se puede plantear que existen fuentes públicas de las que puede beber, y de hecho hay perros que lo hacen, pero les supone un esfuerzo extra que además puede acabar en un peligroso atragantamiento. Los perros impulsan hacia dentro el agua que van a beber con la lengua. Hacer esto con un chorro es bastante complicado, la fuerza del chorro les supone un problema. Además pueden tragar bastante aire.

Para mantener al can bien hidratado debemos darle el agua que necesite. Obvio. Pero, ¿cuánta agua es esa? Si estamos en casa, al tener continuo acceso a un cuenco con agua limpia, él mismo va consumiéndola a medida que la necesite. Aunque no está demás que vigilemos si bebe lo suficiente. Pero esta es la pregunta del millón, ¿cuánto es suficiente?

Lo primero que hay que tener en cuenta es el tamaño y la edad del can. Se calcula como media que un 60% del peso del animal es agua, variando entre el 80% de los más jóvenes y el 55% de los mayores.

A partir de aquí, aunque depende en parte también de factores ambientales como el calor o circunstanciales como hacer más o menos ejercicio o alimenticios si le damos pienso seco o comida húmeda, según explican algunos veterinarios, se puede calcular que el perro tiene que ingerir entre 50 y 60 ml de agua por kilo de peso. Así, en circunstancias normales, a un perro de 10 kilos le bastará con algo más de medio litro, pero uno de 60 kilos puede necesitar más de 3 litros.

Si se observa que bebe menos de lo que en teoría necesita, y la situación se alarga unos días, podría ser prudente una vista al veterinario ya que podría se un indicador de un problema de salud. Lo mismo ocurre si bebe más de lo habitual y también orina más, puede ser un signo de alarma.

En verano, en olas de calor como la que tenemos estos días, una buena ideas es disponer y distribuir por toda la casa varios puntos de agua fresca, varios cuencos de los que pueda beber para tener siempre agua disponible. Si estamos de paseo, hacer varias paradas para que pueda hidratarse con la botella que llevamos.

Por supuesto, en las horas de más calor evitar salir a hacer ejercicio. A primera hora de la mañana, antes de que el sol suba mucho y empiece a pegar fuerte o después del atardecer, son las horas más adecuadas para el paseo largo. Para que haga el pis del mediodía, poco rato y por la sombra.

En casa, se pueden crear espacios frescos, zonas en las que el calor se acumule menos o en las que las persianas bajadas y ventanas abiertas haciendo corriente pueden servirles a ellos, e incluso a nosotros. Si no se puede abrir la ventana, un ventilador es una buena arma sustitutiva.

La comida es otra opción para darle una hidratación extra. Por un lado se puede directamente cambiar el pienso seco por la comida húmeda, por comida enlatada. Puede resultarle más apetecible en tiempo de calor, además de que con menos cantidad se sacia antes, algo que puede compensar las pocas ganas de comer que se tiene cuando las altas temperaturas llegan. También se puede humedecer el pienso, pero hay que hacerlo con cuidad para que no quede un pastuz poco apetecible.

En este terreno de la comida, se pueden fabricar helados para perros. Con algo de su comida y un poco de agua, hacer cubitos helados. Así, además de pasar un rato entretenido mordiendo y chupando, se refrescará a la vez que le sirve de estimulación al explorar nueva texturas con su nuevo juguete.

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